¿Es necesario preparar un texto antes de traducirlo?

¿Por qué es interesante preparar un documento original antes de mandárselo al traductor? Esta acción conlleva importantes beneficios y ventajas para las agencias de traducción y sólo requiere 5 sencillos pasos.

¿Cuáles son las fases por las que pasa un texto desde que llega a una agencia de traducción hasta que el cliente recibe la versión traducida del mismo? La gran mayoría piensa que el proceso es muy sencillo, pues conciben a las empresas de traducción como simples mediadoras o mensajeras entre el cliente y el traductor. Para muchos, estas entidades se ocupan únicamente de enviar el texto original al traductor y de entregar la traducción al cliente. De esta concepción se deriva la idea de que el traductor es el único que trabaja con el documento en lengua original y, después, produce un documento idéntico a este, pero escrito en una determinada lengua meta.

Sin embargo, un texto original no pasa únicamente por las 3 fases descritas: recepción, traducción y entrega. Por el contrario, hay otro paso del que se encargan las agencias de traducción que casi nadie conoce: la preparación previa del documento que ha enviado el cliente para su traducción. Tal y como se puede observar, esta tarea ha de realizarse justo antes de enviarle el texto al traductor, pero… ¿qué hay que hacer exactamente? Existen 5 sencillos pasos que te permitirán dejar un texto perfectamente listo para su posterior traducción por parte de un profesional.

1. Especificar cuál es el público objetivo del texto meta

En primer lugar, es necesario indicarle al traductor el idioma al que se ha de traducir un documento. Además, resulta muy útil determinar la zona geográfica exacta a la que va destinada una traducción, pues la lengua de ese lugar puede presentar algunos rasgos propios y distintivos que hay que tener en cuenta a la hora de traducir un determinado texto. Las diferencias regionales que puede presentar un idioma no son determinantes cuando se trabaja con material técnico: escritos médicos o científicos. Sin embargo, sí que lo son al tratar con documentos legales o de marketing, dado que la cultura, el léxico regional y/o el dialecto del público meta puede dar lugar a diversas interpretaciones muy dispares de un mismo texto.

Asimismo, hay ciertas divergencias en cuanto al sistema de medida, la moneda, el vestuario, la religión, los alimentos, etc. propios de diversas naciones que hay que tener muy en cuenta a la hora de traducir. El objetivo del traductor es transmitir la información relacionada con estos campos de una forma que resulte correcta y comprensible para los receptores de la lengua meta.

2. Indicar la fecha de entrega de la traducción

Si ya has establecido una fecha límite para que se te entregue la traducción de un texto, una buena estrategia consiste en trabajar hacia atrás, es decir, calcular el tiempo que necesitarás para preparar los documentos a traducir y sumarle las horas o días que tardará el traductor en terminar y entregar el texto meta. A este cómputo hay que añadirle algo más de tiempo extra con el fin de resolver problemas inesperados.

En caso de no haberle asignado un traductor a un determinado material. Es interesante que pidas presupuesto a varios profesionales mucho antes de que finalice el plazo de entrega que has establecido y que les preguntes a cada uno cuánto tiempo tardarían en terminar la traducción de dicho material. De esta forma puedes escoger al traductor que más se adecúe a tus necesidades y requisitos, así como a los del cliente final. Cabe destacar que, si ya has preparado los documentos a traducir con antelación, el profesional encargado de hacerlo te podrá indicar con mayor precisión cuál será la fecha de entrega de su trabajo.

3. Elegir el formato de archivo más adecuado

Al mismo tiempo que solicitas presupuesto a varios traductores, es importante que les preguntes con qué clase de archivos suelen trabajar o se manejan mejor. Por lo normal, los documentos de Word funcionan muy bien, puesto que son editables. No obstante, los PDF no lo son y, por ello, suelen dar problemas a la hora de convertirlos en otro tipo de documento de texto editable con los que puedan trabajar los traductores.

Además, hay que tener en cuenta el formato en el que quieres que se te devuelva una traducción y proporcionarle al profesional la guía de estilo que ha de seguir a la hora de trabajar. No todas las guías de estilo funcionan entre lenguas demasiado diferentes entre sí (e.g. inglés- mandarín o inglés-japonés). Por tanto, has de pensar en qué formato de texto es más conveniente enviarle el material original al traductor.

4. Proporcionar un glosario y una guía de estilo

Resulta muy útil mandarle un glosario y una guía de estilo a los diversos traductores que están trabajando en un proyecto grande. Asimismo, si detectas que los clientes te suelen pedir la traducción de textos de una misma temática o muy similar a una serie de idiomas determinados, es interesante proporcionar a los empleados encargados de preparar los documentos originales para su traducción la guía de estilo y el glosario creados por la agencia. La mencionada guía de estilo permitirá que todos los materiales traducidos presenten una clara coherencia y consistencia en cuanto a la gramática, la puntuación, el registro y el vocabulario empleados.

5. Revisar el material original

Todos los profesionales revisan sus traducciones una o dos veces antes de enviárselas a la agencia de traducción que las solicitó. Es importante tener muy presente el hecho de que si revisas a fondo un texto original antes de mandárselo al traductor, es más probable que este acepte tu encargo.

Cabe destacar que las erratas, faltas de ortografía, el estilo pobre o los errores gramaticales son aspectos lingüísticos que no tendría que corregir un profesional de la traducción. Además, un texto complejo y difícil de entender provocará que el traductor haga muchas preguntas para poder entenderlo y, en consecuencia, traducirlo correctamente. Esto ralentizará en gran medida su trabajo.

En definitiva, no puedes esperar que un traductor sepa exactamente cómo quieres que sea una determinada traducción. Cuanto más subjetivo sea el material a traducir o mayor sea su volumen, más importante resulta prepararlo de antemano. De esta forma, se evitarán posibles errores que pueda cometer el traductor como consecuencia de una comunicación deficiente o pobre con la agencia y, además, se reducirá significativamente el tiempo que este profesional necesita para terminar una traducción.


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María Soria
info+msoria@sanscrit.net

Es filóloga inglesa, editora y traductora inglés-español. Apasionada de la escritura, tiene amplios conocimientos en corrección de textos en español y traducción literaria, humanística y jurídica. Ha traducido y autopublicado en Amazon varios relatos breves. En sanscrit, se ocupa del marketing.

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